Además de todo ello es importante saber que los alimentos se pueden clasificar en varios tipos. No obstante, si tenemos en cuenta lo que es la composición de aquellos nos encontraríamos con dos grandes grupos:
• Los orgánicos, que son los que nos aportan vitaminas, grasas, hidratos de carbono y proteínas.
• Los inorgánicos, que nos dan oligoelementos, agua y minerales. Es decir, nos aportan energía.
• Los alimentos formadores, que son ricos en calcio y proteínas.
• Los alimentos energéticos, que se diferencian porque son muy valiosos en cuanto a grasas e hidratos de carbono.
• Los alimentos reguladores, que se identifican porque cuentan con unos importantes niveles de minerales, vitaminas y oligoelementos.
Esta clasificación es la que se usa a la hora de confeccionar una dieta sana y equilibrada que aporte las necesidades que tiene cada organismo. Así, por ejemplo, para que los niños puedan crecer se aconseja que su alimentación incluya carne, pescado, huevos y legumbres.
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